miércoles, 5 de octubre de 2011

¡No te olvides del hilo dental!

¡No te olvides del hilo dental!




Muchas personas piensan que cepillarse los dientes después de las comidas basta para mantener una dentadura saludable. Pero aunque este hábito es muy importante, le falta una parte esencial: el hilo dental (la seda dental), el complemento perfecto del cepillo. El hilo elimina las partículas de los alimentos y de las bacterias que el cepillo no quita, evitando la formación de la placa, la causa principal de la gingivitis, una condición que puede afectar a las encías seriamente.


El cepillarse los dientes sin pasar el hilo dental es como darse un baño, pero limpiar solamente la mitad del cuerpo. O lavar media camisa, o fregar medio plato. Seguro que no se te ocurriría nada igual. No es una exageración: el cepillo, aunque se use fielmente después de cada comida, no basta por sí solo para eliminar todos los restos de los alimentos acumulados entre los dientes, ni las bacterias que se esconden en la base de las encías. Si estas bacterias no se quitan, se forma el sarro o la placa dental que se acumula entre los dientes y en las encías. Esta placa va destruyendo poco a poco los dientes y las encías. Una vez que se solidifica, solamente el dentista o un higienista dental pueden extirparla. Y si no se hace con frecuencia, el efecto es acumulativo y progresivo, lo que pone en peligro la salud de la boca.

Cuando tu dentista te recomienda que uses el hilo dental no lo hace por gusto. De hecho, una de las principales razones por la que el American Dental Association recomienda que se use el hilo dental una vez al día, es para evitar que se enfermen las encías y se desarrolle gingivitis que significa inflamación de las encías. Un estudio publicado en el American Journal of Peridontology, confirma que el uso del cepillo por sí solo, no es suficiente para combatir la enfermedad de las encías y que es necesario complementarlo con el hilo dental.

Los investigadores estudiaron los efectos del cepillado solamente en comparación con el cepillado combinado con el hilo dental en 51 parejas de hermanos gemelos entre los 12 y los 21 años de edad. Durante un período de dos semanas, se le pidió a uno de los hermanos que se cepillara los dientes y la lengua dos veces al día. Al otro hermano se le pidió lo mismo, pero, además, se le indicó que usara dos veces al día el hilo dental. Antes y después del estudio, los investigadores examinaron la boca de los gemelos buscando señales de sangrado en las encías y de mal aliento. Al término del estudio, encontraron que el grupo que usó el hilo dental tuvo un 38% menos de puntos sangrantes en las encías, y que el sangrado general de las encías mejoró en un 42%. En el grupo de hermanos que solamente se cepilló los dientes los puntos de sangrado en las encías aumentó en casi un 4%.

Para mantener una buena salud bucal, el American Dental Association (ADA) recomienda:

Cepillar bien los dientes todos los días con una pasta dental con fluoruro aprobada por la ADA
Usar el hilo dental por lo menos una vez al día para eliminar la placa de todas las superficies de los dientes y en la base de la encía. Si no se quiere utilizar el hilo, se puede usar un instrumento de limpieza interdental
Enjuagar la boca con un enjuague bucal antiséptico
Además recomienda llevar una dieta balanceada, reducir las meriendas entre comidas, especialmente los dulces y las golosinas, y visitar regularmente al dentista para revisiones de la boca y para realizar las limpiezas anuales recomendadas.

¡Que no se te olvide!

Ahora ya sabes lo importante que es el hilo dental para ayudarte a evitar las caries, para reducir el mal aliento y para mantener a raya la gingivitis (la enfermedad periodontal). Para que no se te olvide, coloca el envase o el limpiador interdental junto al cepillo y la pasta de dientes para que lo puedas localizar a simple vista y no se te pase por alto.

Hay muchas opciones de hilo dental en el mercado: encerado o no, hilo satinado, más suave y que se desliza suavemente y hasta con sabores especiales, como la menta. Puedes ir probando hasta encontrar el que te resulte más fácil y efectivo.

La técnica es importante

Ten presente estos pasos para pasar el hilo dental correctamente.

Corta un pedazo de hilo dental de unas 18 pulgadas de largo (unos 40 cm). Sostén el hilo con el dedo pulgar y anular, dejando una distancia en el centro de 1 a 2 pulgadas (2.5 a 5 cm).
Para guiar la porción del hilo entre los dientes de arriba, usa los dedos pulgares. Para guiarlo entre los dientes de abajo, usa los dedos índice.
Mantén siempre una porción de 1 a 2 pulgadas firmemente sujeta con los dedos. Suavemente, guíala entre dos dientes, usando movimientos en zigzag (nunca fuerces el hilo directamente hacia abajo para no lastimar tus encías).
Haz que el hilo “abrace” el contorno del diente, el colmillo o la muela y suavemente mueve el hilo hacia arriba, primero hacia un lado, luego, por la cara del otro diente.
Si el hilo se traba entre una pieza y otra, no hales hacia arriba. Suelta un extremo y deslízalo hacia afuera por el otro lado.
Repite hasta que hayas terminado con todos los espacios interdentales. Asegúrate de frotar el hilo no sólo alrededor del diente, sino de moverlo dentro de la encía, llegando hasta abajo. En una encía sana, este movimiento no provoca sangrado, pero si la encía sangra, es señal de algún tipo de inflamación o infección bacteriana.
El cepillado frecuente y el uso del hilo dental irán disminuyendo el sangrado, pero debes consultar con tu dentista o hacerte una limpieza pronto.
Usa una porción limpia del hilo en cada espacio interdental. Si es necesario, corta otra hebra. Termina enjuagando bien la boca con agua y luego con enjuague bucal.
Practica hasta que domines bien los movimientos. Al cabo de unas cuantas veces, lo harás rápidamente como todo un profesional.

Recuerda que si no usas el hilo a diario dejas un 40% de tus dientes sin limpiar y eso, ni te gusta ni te conviene. Si tienes hijos, enséñales desde pequeños a limpiarse bien los dientes. Si no tienen suficiente destreza manual, pueden usar los limpiadores interdentales que son más fáciles de manipular. Lo importante es que adquieran el hábito para que tengan dientes y encías bien saludables toda la vida.

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